Trastorno del lenguaje expresivo

Publicado por Equipo Formación Permanente del Profesorado el 09/07/2014

La intervención en el trastorno del lenguaje expresivo es fundamentalmente psicológica y logopédica, ya que actualmente no existe un tratamiento farmacológico o médico que solucione dicho problema.

Aunque el tratamiento más aceptado es el psicoeducativo, cuya intervención va dirigida a mejorar las estrategias de comunicación y las interacciones sociales del infante.

La terapia, puesta en marcha lo más rápidamente posible tras el diagnóstico, tiene como objetivo ampliar el número de frases del niño o de la niña utilizando métodos constructivos como:

  • Refuerzo conductual.
  • Entrenamiento con fonemas, vocabulario y construcción de frases.

Algunos autores consideran necesario trabajar también con otros aspectos relacionados con el lenguaje como la memoria auditiva, la percepción auditiva o los centros neurológicos de adquisición del habla. Sin embargo, aún no se ha demostrado la eficacia de esta línea de investigación.

Algunas sugerencias para intervenir con los niños y niñas que tienen problemas de expresión son:

  •  Mantener ante el niño y la niña y su problema una actitud favorable y positiva, evitando hacer burlas o valoraciones negativas.
  •  Es importante hacer consciente al niño y a la niña de su problema, pero diciéndole también que éste no es ningún impedimento insalvable.
  •  Para corregir lo que el niño o niña dice mal, es recomendable repetirlo adecuadamente para ofrecerle un modelo correcto a imitar.
  •  Esta repetición debe realizarse del modo más natural posible y una vez que el niño o niña ha terminado la frase.
  •  La intención no es que el niño o niña repita la frase bien dicha, ya que esto podría ser contraproducente y aumentar su sensación de fracaso.
  •  Los niños y niñas con problemas de expresión necesitan más tiempo para comunicarse. Es importante no reaccionar negativamente en estos casos ni mostrarse impacientes con sus bloqueos o repeticiones.
  • Tampoco es recomendable terminar las palabras o las frases por ellos, sino ofrecerle tranquilidad y prestarle atención.
  • También es importante reforzarlos positivamente cuando consigan expresarse adecuadamente. A este respecto hay que tener en cuenta que el refuerzo debe ser intermitente, es decir, no reforzar en cada situación de éxito.
     
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